sábado, 29 de agosto de 2015

Paseos por la playa de madrugada.

He venido al mar de madrugada, a pasear por esa orilla que tantas veces quise enseñarte. 

¿Que si he venido a buscar mi musa? No. He venido a buscarte; a ti y a todo lo que te llevaste al marcharte. He venido para comprobar que es cierto eso de que tu mirada brilla más que la luna y las estrellas juntas. He venido para escuchar tu voz en forma de canto de sirena, para respirar tu brisa y perderme en las olas que forman tu negro pelo. 

He venido también a olvidarte, a escribir tu nombre en la arena y borrarlo con ayuda de la marea. He venido a dejar mis huellas sin la necesidad de contar con las tuyas a mi lado. He venido a comprobar que te has marchado. 

He venido a darme cuenta de que la noche no es tan oscura sin ti, que la luna y las estrellas vuelven a salir y que la paz que aquí encuentro también la encontraré sin ti.

También he venido a buscarme, a reconocer en las olas del mar la fuerza que me permite continuar y en el reflejo de la luna sobre el mar, el brillo que desprende mi mirar. Que no me haces falta para ser feliz y que no necesito de ti para escribir.

Dejo en el mar tu recuerdo y en la brisa un te quiero para ti, para que no olvides que fui yo la que, durante un tiempo, te hizo feliz.

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