sábado, 2 de enero de 2016

Ojalá.

Cuando más te esté odiando grita que  me quieres. Cuando te mire con los ojos empapados en furia bésame. Cuando me aparte de tus brazos solo abrázame. Demuéstrame que esta rabia que te tengo son las ganas de tenerte que durante tanto tiempo me he esforzado en ocultar. Hazme ver que el odio que juro sentir es solo miedo a perderte de nuevo. Calla todos mis demonios con un beso. Apaga mis pensamientos con un único susurro. Dale cuerda al corazón que decidió congelarse un segundo después de marcharte. Acaríciame el estómago por dentro solo con mirarme, haz que mis manos busquen desesperadamente tu cuerpo. Hazme sentir. 

Recuérdame que sigo viva, que mi aliento sigue empañando los cristales por los que te vi partir y que si me alejo un poco más de la ventana, mi aliento se esfumará dibujando tu contorno al otro lado del cristal. Mantén mis pies en la tierra y mi cabeza en las nubes, sé la realidad de esta mi fantasía, no me dejes creer en la utopía. 

Enséñame qué es el arte más allá de las letras, enséñame qué ves cuando decides congelar el momento, enséñame cómo se ve el mundo con tus ojos. Enséñame también cómo me ves. Ojalá pudieses verte desde mis pupilas, ojalá pudieses sentir qué se esconde bajo mi piel al verte, ojalá pudieses sentirte como te siento.

Ojalá pudiese hablar de algo más que de sueños.

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